martes, 12 de abril de 2011

Vuelvo a tener ese sueño.

Una noche ilegal con la música extasiante delineando una coreografía entre nosotros. Las luces son un cuerpo de piernas largas y tacos altos que nos marean y seducen, hay burbujas acariciándonos la piel que piden a gritos ser atrapadas por nuestras manos y morir allí.
Exhalando el alma entre el humo, ahogándonos en una copa. Confundiendo felicidad con inconsciencia, ésta fiesta es mi escenario, una ciencia exacta sin rodeos, que presume su belleza y somos parte de la misma, como una especie de puzzle.
Hay un delirio en el aire que se contrapone a la moral, es un sueño pero no se siente. Domina nuestra atención esta música que nos traspasa la escucha, nos inmoviliza poniéndonos a bailar.
Los brazos tratando de alcanzar el cielo, como pidiendo auxilio, son parte de esta danza. La fuerza de las luces nos asaltan y enredados en niebla de humo nos transforma.
Hoy está latente y al final de la semana, expuesto.

Yoha.

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