jueves, 24 de febrero de 2011

La lluvia, símbolo de abundancia y reflexión.

Día intermedio de la semana que entusiasma el antecedo de los amaneceres sin muchas responsabilidades. La ventana, testigo de pensamientos, que quedan impregnados en las cortinas y mueren en el ruido profundo de la cuidad. Las cenizas de un 5to piso que caen sin rumbo entre el viento y este lo conduce con tanta violencia para que mueran en el suelo.
Nunca me imaginé cuantos pensamientos filosóficos se pueden despertar un simple dia de lluvia, mirando como el agua se desborda en algunas calles y en otras no tanto; en silencio conmigo misma, con las ganas necesarias para
analizarlos todos.
Pensamiento oníricos que hoy ocupan mi tiempo, regalandome reflexión de la cual es testigo este café.
Creo que todos tenemos esas recurrentes preguntas existenciales que nunca nos animamos a respondernos, por miedo a la verdad quizás, por ausencia de respuestas o de no llegar a la conclusión. Pero resulta bastante interesante, la mayoría de las veces, encontrarnos con más
preguntas que respuestas.
Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar y lo mejor, despertarnos.
Yoha.