domingo, 12 de febrero de 2012

Intentando no arrugar mi vestido me sirvo lo que quede del vino, ayudando a mi cabeza que se pierda, colaborando con recuerdos ya olvidados.

Quiero que apagues la noche y te pierdas conmigo, quiero ofender al sol y quiera partir, quiero que me abraces durante siglos la cintura y me provoques torrentes de ternura. Quiero encadenarme a tu boca y robarte el aire que te sobra.

Mis costados débiles te extrañan, los más caprichosos y sensibles, los mas mentirosos y predecibles, los mas vagos y susceptibles.

Me marchito en el sol preguntándome por tu vida, caminando horas sin saber que es medio día, miro el rio que está apagado, distante, frio y sin risas.

Intentando no arrugar mi vestido tropiezo con una sombra para descansar, miro al cielo, como si fuera a encontrar algo, pero lo miro igual, no le encuentro formas a las nubes, ni muchos menos las voy a buscar.