jueves, 13 de octubre de 2011

Lo que se muere con el día.

Cuantas batallas habré perdido sin haber jugado a nada, ahora veo tu sombra por debajo de la puerta y ordeno mi cabello, el muy tonto esta enredado, busco ese perfume que te gusta tanto y perfumo el lugar por completo.
Antes de quedarme sin tinta, busco una servilleta donde escribir y dejarte una nota en la heladera para recordarte que te esperaba.
Mi vestido es ciego y mis pasos mudos, tu mirada eterna y tu caminar divino; te veo pasar, te encuentro callado, con la mirada torcida y das paso a descorchar otro vino… Bastan unos besos para saber que hoy la noche no va a morir sin su cielo estrellado, sus canciones en el balcón y esos bailes que quedaron en el olvido, que reviven en nosotros, que se mueren en el día.
Antes de despertarme por completo escucho esos temas traficantes de sentimientos, tiro la ropa en la valija para finalmente irme de viaje.
Encuentro una nota en la heladera, esta vez era tuya, recordándome que volverías. Pero me he quedado sin tinta y selle con un beso nuestra despedida.



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