lunes, 17 de enero de 2011

Cambiando moldes mentales.

Hoy es uno de esos días en los que preferiría no escucharme y especular, ser una escéptica frente al concepto de decepción, pensar que no existe y llenarme de sueños.
Son esos días en los que no me molestan estar sola conmigo, ordenando un poco la anarquia en mi cabeza y que a mis días los gobiernen caminatas sin rumbo.
Perdón por la tristeza, por esta catarsis crónica, mirándolo fijo, se lo ruego al café que estoy por terminar.
Mis pensamientos están enredados en una nebulosa que no tiene comienzo ni final –tantos libros de psicoanálisis que hoy no me dan respuestas- esta necesidad de estrenar inquietudes y temores, este inconsciente traicionero que me angustia si se exhibe, todavía tiene sus deseos inmaduros tatuados en todas partes, premisas de impulsos que terminan en finales desgraciados.
No poder dormir por no parar de pensar? O no parar de pensar por no poder dormir? Se lo pregunto sin decir palabra al techo de la habitación que contempla mi agonía momentanea, mi psiquis entumecida y helada por lastimarla llenándola de cosas.
Hasta que mi mente, casualmente perdida,llega con una fuerza abrazadora a una conclusión, por eso me concedo el derecho a equivocarme.
Mejor no pensar que es mejor, el que apuesta y el que paga el premio ganado es uno mismo. La vida no tiene formula, tomar consciencia de que uno es consciente es todo un acontecimiento interno.
Para que seguir en la incertidumbre? todo tiene un precio y un beneficio y conviene fijarse en el beneficio.

Yoha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario