jueves, 16 de diciembre de 2010

Este verano...

Un aplauso por el tejido adiposo de reserva que es imposible de quitar. Por el bronceado perfecto que nunca se alcanza si no es artificial, por ese ojo clínico que tenemos sobre nuestros defectos al vernos en traje de baño. Un aplauso por el momento que decidimos empezar una dieta y por el alfajor que nos impidió terminarla.
Por las toneladas de cremas –producto de una liquidación- con finalidad de mejor la estética que todavía ni las tocamos.
Un aplauso por la expresión característica en los rostros de las mujeres durante una depilación. Por la bici estática que compramos y nunca la vamos a ocupar, por los días de lluvia que nos arruinan las tardes de sol y nuevamente no alcanzamos ningún tipo de bronceado.
Por la belleza de manos y pies que nadie presta atención, los cortes de moda que nunca nos quedan bien y la ropa con escasees de tela que nunca nos pondremos. Un aplauso por la absurda idea de hacer ejercicio a la noche y que el cansancio sea nuestra mejor excusa. Por las fotos en las que disimulamos lo que está de más, las juntadas de amigos que terminan siendo el escape perfecto de nuestras infinitas dietas.
Por nuestros días bipolares sin razón aparente, porque nunca vamos a entender que no existe bikini alguna que nos levante el busto, nos reduzca la cintura, nos estilice las piernas y nos guste su color. Por la angustia de decir “me estoy cuidando” frente a ese helado y por el placer de comerlo luego.
Este verano no hay cuerpos perfectos, no hay dietas milagrosas, ni bikinis que no nos delaten. No hay bronceados naturales parejos, ni cuerpo que soporte estar maravilloso todo el tiempo. Y si los hay, pues ¡un aplauso por ellos!
El verano es disfrutar el sol, el agua, el calor, el aire y hay que aprovecharlo con toda intensidad.
Este verano un aplauso para todos los que son felices como son, sin complicarse la vida que es demasiado corta como para sentarse a preocuparse.
Yoha.

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